Tener
éxito en una entrevista
de trabajo no siempre es tan sencillo como puede parecer a priori. Y es que
en no pocas ocasiones descuidamos sin darnos cuenta algunos puntos esenciales
que influirán positivamente en nuestro entrevistador. Un aspecto de fácil
solución siempre que sigamos quince consejos prácticos para obtener por fin el
trabajo deseado gracias a una entrevista impecable:
- Prepárate a conciencia. Conoce tu currículum al detalle y prepara en casa, horas antes de acudir a la entrevista, posible situaciones y preguntas que el entrevistador vaya a poder hacerte, de forma que evites quedarte en blanco. Infórmate además sobre la empresa que ofrece el contrato, de forma que vayas sobre seguro en caso de que surja cualquier pregunta sobre ella.
- Reflexiona sobre ti mismo. No cabe duda de que buscar trabajo no es una tarea fácil, pero conociendo bien, tras una amplia reflexión, cuales son con exactitud nuestros puntos fuertes y débiles, será mucho más sencillo ponerles solución o explotarlos en una entrevista.
- Sé educado. No alces la voz ni uses palabras inadecuadas, de forma que des a conocer la mejor parte de ti mismo y tu saber estar en cualquier situación.
- Viste acorde. Un conjunto de ropa serio pero no excesivamente formal suele ser la mejor opción para la mayoría de los puestos. Evita siempre los jeans y procura informarte de cuáles serán las responsabilidades del cargo ofrecido para vestir acorde incluso el día de la entrevista.
- Sonríe. Nada gana tantos puntos en una entrevista con una sonrisa franca y sincera. Sonríe y predispondrás al entrevistador a tu favor.
- Sé sincero dentro de lo lógico. Decir la verdad sobre las experiencias y conocimientos que tengas, así sobre algunas de las características de tu carácter, no es igual a contar cada fallo de tu personalidad.
- Llega con cinco minutos de antelación. Ser puntual es esencial para dar una buena imagen en una entrevista, y para no poner sobre aviso a tu posible futuro jefe sobre tu escasa seriedad con los horarios.
- Muéstrate positivo. Ser positivo no es sinónimo de no ser realista, pero no te ayudará hablar sobre la desesperanza que sientes por no encontrar un empleo. Muestra tu disponibilidad para trabajar y tus ganas de hacerlo bien y ganarás enteros en la entrevista.
- No utilices maquillaje fuerte. El maquillaje suave y natural puede ayudar a mostrar tu mejor cara, pero un exceso en el color, así como una laca de uñas de tonalidades estridentes, normalmente influirá negativamente, y restará importancia a lo que realmente importa, tus habilidades y capacidades profesionales.
- Sé tú mismo. Si bien es cierto que resulta importante seguir unas directrices a la hora de enfrentarnos a una entrevista de trabajo, es fundamental no olvidar quienes somos. Escuchar con atención y buena disposición no es sinónimo dar la razón como a los tontos, ya que en ocasiones esa actitud puede ser incluso ficticia por parte del entrevistador para conocer la reacción de los candidatos a un empleo.
- Controla tus gestos. Este consejo es imprescindible, ya que el lenguaje no verbal influye mucho en la imagen que damos. De esta manera es importante tener presentes ciertas normas, como no tocarse la nariz, indicativo de que se puede estar mintiendo, no cruzar los brazos, o no atusarse demasiado el cabello, señal de nerviosismo.
- Mira a los ojos. Ser capaz de mirar a los ojos a tu entrevistador conseguirá que éste sea consciente de la confianza en ti mismo que posees, un aspecto positivo que favorecerá la obtención del puesto deseado.
- Presta atención. Estar interesado en lo que te cuentan y prestar atención a los detalles del puesto que se ofrece conseguirá que tu entrevistador se sienta cómodo contigo, y que tome consciencia de cuanto te interesa ese trabajo en concreto.
- No pierdas tiempo. Las entrevistas duran poco, así que no pierdas tiempo hablando de temas poco importantes. Salvo que el entrevistador te pida datos concretos sobre algo procura ir al grano destacando lo mejor de tu formación, de tu experiencia profesional y de tus conocimientos complementarios.
L. Costa.
